LO ARBÓREO.
12/09/ 2024- 16/11/2024
Galería Memoria, Madrid
Lo arbóreo. Marta Mantecón.
Digo árbol. Pienso en madera que se expande adoptando distintas configuraciones, desde la raíz hasta las ramas, y en un manto de vegetación propagándose más allá de cualquier centro, donde todo está conectado, sin adoptar una forma constante. Pienso en el bosque, por definición, un “sitio poblado de árboles y matas”, pero también “abundancia desordenada de algo, confusión, cuestión intrincada”. Siento la colectividad de lo arbóreo y sus infinitas configuraciones. Imagino una arboleda, su espesura, sus floraciones y, por extensión, todo aquello que carece de un principio rector. Conocer el bosque, como el árbol, significa descubrir su principio interno, sus líneas de fuerza, sus ritmos y su resonancia.
Lin Calle investiga estos procesos a través de la pintura, la xilografía y el collage; tres disciplinas cuyos soportes —la fibra vegetal, la madera y el papel— comparten el mismo origen. Su práctica conecta dos orientaciones estéticas aparentemente antagónicas que, sin embargo, poseen algunas correspondencias. (...)
Lin Calle opera desde la abstracción, atenta a las dinámicas de lo vivo, integrándose en la naturaleza para situarse en los bordes de la representación. Lejos de ofrecer un ejercicio mimético o describir su apariencia exterior, opta por plasmar un estado del alma a través de su atmósfera, sus vibraciones secretas, sus mutaciones, su naturaleza cíclica y la lógica de su inmanencia, incorporando al mismo tiempo las sensaciones, impresiones y emociones que produce la experiencia, la observación directa, la memoria y los recuerdos hasta devenir árbol. El paisaje, conviene tenerlo siempre presente, es siempre una construcción y, como tal, se proyecta desde nuestra subjetividad.
La exposición individual Lo Arbóreo de la artista Lin Calle en MEMORIA Carabanchel, se presenta en diálogo, aunque preservando su carácter propio, con una exposición homónima del ceramista Gustavo Pérez en MEMORIA Centro, ambas sobre este eje compartido.
A partir de la proliferación y saturación de imágenes en masa por dispositivos digitales se ha producido un agotamiento de nuestro imaginario. Por ello, el diálogo en las exposiciones adquiere importancia crítica, explorando los límites de lo visible, en la tensión entre lo material e inmaterial. Sus búsquedas por un relativo vaciamiento contemplativo profundizan una transfiguración en el campo de lo sensible hacia el detenimiento.
Contrarias a las imposiciones de la contaminación visual contemporánea, las obras de Pérez y Calle invitan a que uno se les acerque en otros ritmos y tiempos, ralentizando la mirada hacia una inmersión meditativa. A partir del shinrin yoku, o baño forestal - dónde uno se dedica a absorber la atmósfera del bosque desde la calma, tratando de tomarse el tiempo para percibir el ambiente desde lo sensorial -, ambos artistas conciben sus trabajos como un esfuerzo por generar un espacio de reflexión que agudice la percepción integral y física de los mismos.